lunes, 28 de octubre de 2013

RECUPERAR EL LENGUAJE TRAS SUFRIR UN ICTUS


Una de las consecuencias más importantes de la persona después de un ictus, es la afectación del lenguaje: la afasia. Por consiguiente, es una de las primeras terapias de rehabilitación que se deben plantear en pacientes afectados, sobretodo teniendo en cuenta que el tratamiento más eficaz es el que empieza más temprano. Así pues, contra antes se empiece a tratar, mejor es el pronóstico.

De todos modos, antes de plantear una rehabilitación de las funciones más específicas del lenguaje, se debe prestar atención al resto de funciones cerebrales: la memoria, la orientación, la atención, la agnosia visual y auditiva, y las apraxias motoras y bucofonatorias. El estado de estas funciones ayudará a ver qué tipos de actividades se pueden hacer, la duración del tratamiento, la variabilidad de ejercicios que se le puede plantear a cada paciente, y el tipo de comunicación que podemos establecer, según la comprensión de órdenes sencillas a nivel oral y a nivel escrito. Con la valoración del estado de las funciones cognitivas y del lenguaje, nos plantearemos qué tipo de rehabilitación de lenguaje debemos seguir, y qué objetivos son los más importantes para iniciar el tratamiento.

Para empezar una rehabilitación del lenguaje, se debe explorar el lenguaje espontáneo, viendo, por ejemplo, si puede contestar a preguntas de quién es, dónde está y qué día es. A nivel de lenguaje espontáneo, comprobaremos si hay fluencia en el habla, para ello intentaremos fomentar la expresión de forma libre, preguntando lo que hay en una foto, o en la habitación donde se encuentra. Hay pacientes que tienen una fluencia de habla excesiva, logorrea, que muchas veces resulta en su totalidad incomprensible, y otros pacientes presentan enlentecimiento del discurso, es decir se observará una disminución de las frases y esfuerzo en la producción verbal.

Otro aspecto a valorar, del lenguaje, es la repetición verbal, ya que ésta nos ayuda a ver cómo están los procesos de percepción auditiva y fonémica del habla, por ejemplo, podemos hacer que al poner la mesa repita con nosotros los objetos que se van poniendo.

De la misma forma, se valora la denominación de objetos, donde podemos ver si las puede pronunciar, si se equivoca y dice palabras parecidas de sonido o de la misma categoría semántica, o hay ausencia de respuesta. Más importante todavía es saber si nos entiende, cómo está lacomprensión, podemos saberlo preguntando que se señale la nariz, o que nos dé un objeto que se encuentre delante de él. De la misma manera, también hay que evaluar cómo se encuentran lalectura y la escritura, ya que pueden presentar alteraciones igual que en comprensión y expresión oral.
Una vez evaluado en qué grado está afectado el paciente en cada uno de los aspectos del lenguaje que ya hemos comentado, se tiene que establecer un plan de rehabilitación específico para el lenguaje. Hay diversos tipos de rehabilitación, si la afectación es más leve, recurriremos ejercicios de facilitación donde a través de una serie de claves ayudaremos a activar información que el paciente conserva, pero que no es capaz de activar, le podemos preguntar cómo se llama, el nombre del objeto que usamos cuando llueve, y para ayudar a evocar el nombre, podemos dar una imagen que lo represente.
En otro caso, tendremos que plantear unreaprendizaje o restablecimiento de las habilidades que ha perdido la persona. Por ejemplo, si se ha perdido el conocimiento del sonido de las letras para poder leer, intentar volver a enseñarle este tipo de conversión. También se pueden plantear estrategias de reorganización donde se intenta llegar a la información, pero no por medios habituales, sino a través de otros procedimientos, por ejemplo hay pacientes que no pueden llegar a través del habla normal, y les podemos ayudar a acceder al lenguaje o a las palabras a través de canciones o melodías. Por último, si el paciente no puede llegar por ninguna de estas vías, se puede plantear una adaptación o compensación de las habilidades, donde el objetivo es sustituir la habilidad perdida. Por ejemplo, si no son capaces de comunicarse verbalmente, probaremos que nos expliquen a través de imágenes.
Y ¿Cómo podemos ayudar a estos pacientes en el día a día?
En casa les podemos ayudar preguntando el nombre de los objetos cotidianos, los que usa habitualmente, también podemos incitar a que nos explique qué quiere para comer, si recuerda qué ingredientes tenía ese plato que tanto le gusta, que explique qué pasos debe seguir para hacer una tortilla, que cante canciones conocidas… Este tipo de tareas fomentan la utilización del lenguaje, y potencia el restablecimiento de las mismas, en la medida de lo posible, según el alcance y la progresión de la lesión cerebral.
En la rehabilitación del lenguaje, los objetivos terapéuticos se focalizan en dicha función cognitiva, y no es lo mismo que plantear una rehabilitación cognitiva integral, en la que, a parte de trabajar con las habilidades comprometidas, intentará también trabajar las funciones cerebrales preservadas, para maximizarlas y mantenerlas lo más activas posibles para que, si es necesario, ayuden a compensar las funciones específicas perdidas o alteradas.

NÚRIA CATALÁN
LOGOPEDA

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