Saludos
Os dejamos esta entrevista al cantante de Jarabe de Palo, Pau Donés, hablando sobre su vivencia con la hiperactividad y la dislexia.
¿Le preguntaron por la comida peruana
en la conferencia de prensa?
En el Perú siempre me preguntan por la
comida, y en Venezuela por las mujeres. En Perú, aparte de mujeres muy
guapas, tienen una gastronomía muy poderosa.
Estudio Economía, ¿cierto?
Soy economista, pero músico de
vocación. Yo nací con esa actitud. Sí se sumar a toda velocidad, porque la
música es matemática pura. La Economía fue una imposición paterna. Algunos
conceptos recuerdo. El costo marginal, la teoría de los conjuntos borrosos…
Y supo que tenía dislexia.
La sigo teniendo, no se va (risas).
Leí que la dislexia lo ayudó a
convertirse en músico. ¿Es cierto?
Absolutamente. Yo nací con dos grandes
virtudes: la dislexia y la hiperactividad. Entonces no se sabía lo que eran.
Decían ‘este niño es tonto’, cuando era disléxico, o ‘muy movido’, cuando era
hiperactivo. En mi época no había anfetaminas y los ácidos se los comían los
hippies. ¿Y qué hizo mi madre? Me dio música. Vio que me calmaba. Me ponía
Celia Cruz, Nat King Cole, jazz.
¿Pero por qué la dislexia le fue útil
para crear música?
A los disléxicos nos va la cabeza muy
de prisa. En algún momento es una confusión terrible. Los disléxicos estamos a
cada rato parando la lectura porque tenemos que ver qué estamos diciendo realmente.
Esto tiene que ver con la velocidad a la que nos va la cabeza y con nuestra
capacidad para observar las cosas, y eso para la música es algo fenomenal.
Explíquese.
Los músicos somos cronistas de lo que
vemos, y a veces hablamos de cosas de las que tú no has caído en cuenta. Por
ejemplo, la canción de Jarabe de Palo, ‘Depende’. Dice: ‘¿De qué depende? De
según cómo se mire, todo depende’. Fue un exitazo, pero es una obviedad
tremenda. ¿Y han pagado por esto? Sí, y mucho (risas). Y yo lo expresé de esta
manera porque soy disléxico, por mi capacidad para fijarme en las cosas. En
este caso, la dislexia fue una gran aliada (risas).
‘Depende’ sonó mucho, pero con ‘La
flaca’ se hicieron conocidos.
‘La flaca’ es la que nos presenta al
mundo, nos pone en contacto con la gente. Vendimos dos millones de copias. Y nos dio
la oportunidad de ir a América. Yo estaba desquiciado. Era impresionante.
Fueron cinco años a full. Estaba en Lima, mañana en Miami, pasado en
Madrid. Llega un momento en donde todo eso afecta. Todos querían
entrevistarnos.
¿Sigue ese interés por ustedes, o ya
bajó?
No, ya bajó. Y es lo normal. El factor
sorpresa, el factor grupo de moda, dura unos años.
¿Lo extraña?
No lo extraño, para nada. La etapa me
encantó, pero… ya está. Aprendí que ya no quería volver a sentir que el tiempo
pasaba delante de mí sin darme cuenta. Ir de lado a lado, casi sin vivir.
Dicen que
sus letras son muy simples. ¿Le molesta eso?
No, porque la sencillez es la máxima
dificultad en la
música. Emocionar con pocas palabras, con pocos acordes, eso
es muy difícil.
‘Todo me parece bonito’. Es una frase
simple y absoluta. Supongo que no todo le parece bonito en este mundo.
Es un sarcasmo absoluto. ¿Qué ocurre?
Que poco a poco los medios han dejado de darnos información y nos venden
tragedias, morbo, sangre, lo que quiere la gente. El ‘todo me parece bonito’ era un llamado
a que los medios de comunicación nos contaran cosas buenas, también. Los humanos
no somos solo monstruos.
Hablemos un poco de su país, España. La
pasa mal. ¿Cómo lo ve?
Somos la España del Lazarillo de
Tormes. Siempre nos encantó eso de que te vas y te robo la cartera. Siempre
nos ha gustado ir de listos. Lo que exportamos a América fueron muy pocas cosas
buenas. Y si me las preguntas, no te las sabría decir.
¿Y los políticos españoles?
La política ya no va de ideologías. A
todos nos gusta vivir bien, tener nuestro coche, tener un sueldo para llegar a
fin de mes, ir a un restaurante al menos una vez al mes. Y necesitamos
políticos que gestionen bien nuestros impuestos. Lamentablemente nuestros
políticos son unos gestores nefastos. Estamos arruinados, hemos engañado a
nuestros socios comunitarios, que están muy cabreados, y encima no tenemos
dinero, ¿y quién paga? Como siempre, el pueblo. Y, te digo, nos han
llamado todos los partidos, pero nunca van a disfrutar de nuestros servicios.
Tremendos contratos que nos ofrecieron, un dineral. No, gracias, no apoyamos
causas políticas.
Diario La República de Perú
08/11/2013
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