Una
de las consecuencias más importantes de la persona después de un ictus, es la
afectación del lenguaje: la
afasia. Por consiguiente, es una de las primeras terapias de
rehabilitación que se deben plantear en pacientes afectados, sobretodo teniendo
en cuenta que el tratamiento más
eficaz es el que empieza más temprano. Así pues, contra antes
se empiece a tratar, mejor es el pronóstico.
De
todos modos, antes de plantear una rehabilitación de las funciones más
específicas del lenguaje, se debe prestar atención
al resto de funciones cerebrales: la memoria, la orientación,
la atención, la agnosia visual y auditiva, y las apraxias motoras y
bucofonatorias. El estado de estas funciones ayudará a ver qué tipos de
actividades se pueden hacer, la duración del tratamiento, la variabilidad de
ejercicios que se le puede plantear a cada paciente, y el tipo de comunicación
que podemos establecer, según la comprensión de órdenes sencillas a nivel oral
y a nivel escrito. Con la valoración del estado de las funciones cognitivas y
del lenguaje, nos plantearemos qué tipo de rehabilitación de lenguaje debemos
seguir, y qué objetivos son los más importantes para iniciar el tratamiento.
Para empezar una
rehabilitación del lenguaje, se debe explorar el lenguaje espontáneo,
viendo, por ejemplo, si puede contestar a preguntas de quién es, dónde está y
qué día es. A nivel de lenguaje espontáneo, comprobaremos si hay fluencia en el habla, para ello intentaremos fomentar la
expresión de forma libre, preguntando lo que hay en una foto, o en la
habitación donde se encuentra. Hay pacientes que tienen una fluencia de
habla excesiva, logorrea, que muchas veces resulta en su totalidad
incomprensible, y otros pacientes presentan enlentecimiento del
discurso, es decir se observará una disminución de las frases y esfuerzo en la
producción verbal.
Otro aspecto a valorar, del
lenguaje, es la repetición verbal,
ya que ésta nos ayuda a ver cómo están los procesos de percepción auditiva y
fonémica del habla, por ejemplo, podemos hacer que al poner la mesa repita con
nosotros los objetos que se van poniendo.
De la misma forma, se valora la denominación de
objetos, donde podemos ver si las puede pronunciar, si se
equivoca y dice palabras parecidas de sonido o de la misma categoría semántica,
o hay ausencia de respuesta. Más importante todavía es saber si nos entiende,
cómo está lacomprensión, podemos saberlo preguntando que se señale la
nariz, o que nos dé un objeto que se encuentre delante de él. De la misma
manera, también hay que evaluar cómo se encuentran lalectura y la
escritura, ya que pueden presentar alteraciones igual que en
comprensión y expresión oral.
Una vez evaluado en qué grado está afectado el
paciente en cada uno de los aspectos del lenguaje que ya hemos comentado, se
tiene que establecer un plan de rehabilitación específico para el lenguaje. Hay
diversos tipos de rehabilitación, si la afectación es más leve, recurriremos ejercicios de
facilitación donde
a través de una serie de claves ayudaremos a activar información que el
paciente conserva, pero que no es capaz de activar, le podemos preguntar cómo
se llama, el nombre del objeto que usamos cuando llueve, y para ayudar a evocar
el nombre, podemos dar una imagen que lo represente.
En otro caso, tendremos que plantear unreaprendizaje o
restablecimiento de las habilidades que ha perdido la persona. Por ejemplo,
si se ha perdido el conocimiento del sonido de las letras para poder leer,
intentar volver a enseñarle este tipo de conversión. También se pueden plantear estrategias de
reorganización donde
se intenta llegar a la información, pero no por medios habituales, sino a
través de otros procedimientos, por ejemplo hay pacientes que no pueden llegar
a través del habla normal, y les podemos ayudar a acceder al lenguaje o a las
palabras a través de canciones o melodías. Por último, si el paciente no puede
llegar por ninguna de estas vías, se puede plantear una adaptación o
compensación de las habilidades, donde el objetivo es sustituir
la habilidad perdida. Por ejemplo, si no son capaces de comunicarse
verbalmente, probaremos que nos expliquen a través de imágenes.
Y ¿Cómo podemos
ayudar a estos pacientes en el día a día?
En casa les podemos ayudar preguntando el nombre de
los objetos cotidianos, los que usa habitualmente, también podemos incitar a
que nos explique qué quiere para comer, si recuerda qué ingredientes tenía ese
plato que tanto le gusta, que explique qué pasos debe seguir para hacer una
tortilla, que cante canciones conocidas… Este tipo de tareas fomentan la
utilización del lenguaje, y potencia el restablecimiento de las mismas, en la
medida de lo posible, según el alcance y la progresión de la lesión cerebral.
En la rehabilitación del
lenguaje, los objetivos terapéuticos se focalizan en dicha
función cognitiva, y no es lo mismo que plantear una rehabilitación
cognitiva integral, en la que, a parte de trabajar con las
habilidades comprometidas, intentará también trabajar las funciones cerebrales
preservadas, para maximizarlas y mantenerlas lo más activas posibles para que,
si es necesario, ayuden a compensar las funciones específicas perdidas o alteradas.
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